miércoles, 28 de diciembre de 2011

Y ahora me pregunto... ¿Que fue de aquel tren que tanto yo esperaba? El tren que quería ir a buscar. El tren que me llevaría a donde pudiese reír todos los días de mi vida sin parar. El tren que intenté por todos los medios saltarlo y subirme a uno de sus vagones. Quise buscarlo, quise hacer lo que pudiese por mí misma; lo único que conseguí fue destruirme a mí misma por buscarlo desesperadamente.

Ya se lo que pasó con esa estación que perdí; fue destruida. Fue destruida por las palabras, por los pensamientos; cosas que creí que eran mis amigos íntimos, cosas que pensé que ayudaban a aliviar mi alma. Clavándome puñales inyectados de un letal veneno. Clavándome espinas heladas e incandescentes sin parar, ardiendo y helando mi ser al mismo tiempo. Lento, rápido, lento... Así es el ritmo con el que me mato a mí misma. Y ahora como una estúpida me ahogo en llanto, me ahogo en todo lo que me hace daño, me ahogo en mí sin poder evitarlo...

jueves, 22 de diciembre de 2011

Atrapada

Envenenada por completo. Envenenada de miedo al sentir aquellas miradas en mi espalda, como un hierro incandescente introduciéndose más y más dolorosamente. Oyendo pero sin oír aquellas palabras que seguramente estarían diciendo de mí. Sintiendo aquella impotencia de no poder hacer nada, bueno... sí, esconderme. Esconderme detrás de ellas para que no me viesen; con el asco en sus miradas y mi asco interior atormentándome aquellos pequeños pero eternos minutos. Encerrada en mis pensamientos nuevamente, mirando hacia un lado y otro; no me estaban viendo, estaban a lo suyo, pero aún sentía esas miradas clavadas en mí; ese maldito veneno que no me dejaba tranquila. Y a la hora de deshacerme de aquellas telas junto con su mirada, no pude hacerlo, tenía demasiada vergüenza y asco como para hacerlo. Hasta que se fue permanecí callada y de pie, sin moverme, con aquellos pensamientos atormentadores que no paraban de reproducirse una y otra vez. Escondiéndome nuevamente en mí y en mí misma. Atrapada y asqueada.

martes, 20 de diciembre de 2011

domingo, 18 de diciembre de 2011

Golpe

Y ahora mis grandes preguntas son... ¿qué coño sabrá ella de por qué me hago cortes? ¿Qué coño sabrá ella de lo que siento? ¿Qué coño sabrá ella ahora de mí? Mientras ella me decía que yo no sabía nada de ella, esas preguntas sonaban fuertemente en mi cabeza y sin poder evitarlo más dí un fuerte golpe en la pared y eché a correr hacia la cocina y después hacia el cuarto de mi hermano donde unas amargas lágrimas caían sobre mi rostro mientras que ingería aquellas pastillas.

Quería salir corriendo de esa casa, quería volar, quería alejarme para siempre de todo y de todos...

sábado, 17 de diciembre de 2011

Noria

Con el Ipod en mi bolsillo, perdiéndome en la calidez de la música frente a un enorme frío de invierno. Con mi cabeza agachada y escondiéndome en mi larga melena ocultaba unas lágrimas que habían comenzado a salir hace una hora atrás. Con el silencio de la noche, me sumergí en los rincones más desconocidos que yo había visto jamás. Eran las once, el teléfono no había parado de sonar. Unas llamadas eran desde el móvil de mi padre, otras de mi madre y algunas de amigos; sin darle importancia a su preocupación seguí avanzando perdiéndome aún más de lo que ya estaba.
Y de repente lo vi. Un camino de arboles con las típicas luces de navidad, tenía la sensación que habían estado toda la vida allí para esperarme. Con una sonrisa en la cara me sumergí en la magia de aquellos árboles, pese a mi negativo gusto por la navidad, disfrutaba como nunca y entonces ahí la vi. Alta, imponente, muy superior a mí; ahí estaba una gran noria. Como una niña pequeña corrí hacia ella, tenía muchas ganas de montarme en ella. Me sorprendí al no ver a nadie por allí, ni al señor que siempre te da el ticket, simplemente al llegar la noria se paró y me dejó entrar. Sola... sin nadie en ningún otro asiento, en la imponente sólo estaba yo. Miraba con delicadeza las luces de la ciudad, maravillada por aquel juego de colores brillantes, pero, con extrañeza observé que no había ninguna persona, todo estaba vacío... Con la mirada fija me dí cuenta que estaban apareciendo en mi interior recuerdos desagradables que se reproducían una y otra vez lentamente y otros muy felices que pasaron veloces, sin poder deleitarme de ellos. Cada vez más y más lentamente los desagradables se convirtieron en los más amargos de mi vida. Temblaba, lloraba y gritaba en aquel sitio tan alto; el móvil sonó nuevamente pero no eran mis padres era ÉL. Con la mano temblorosa pulsé el botón de llamada y sin dejarle formular la típica pregunta de que dónde estaba, con un susurro le dije: "Perdóname por todo, adiós. Te amo...". Y en lo más alto de aquella noria, con el alma fuera del cuerpo, salté...

viernes, 16 de diciembre de 2011

Requiem

Y allí estaba ella. Con ojos que estaban a punto de estallar en lágrimas. Se detuvo delante de aquel armario y con algo de miedo cogió algo tan beneficioso como letal y fue corriendo a su cuarto. Se sentó y puso música, aunque para ella seguía sonando aquella sinfonía de Requiem. Con manos temblorosas cogió una detrás de otra y fue tragando hasta diez como mucho o como pensaba ella "como mínimo". Rogándole a aquel Dios, en que ella no creía en absoluto, que se la llevase lo más pronto que él pudiese...

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Bite and Kiss



Muerde, con tus afilados e inmaculados colmillos, profundamente en mi piel. Muerde tan fuerte que hagas fluir mi sangre por el suelo, arrancando todo veneno que tenga dentro, arrancando el odio hacia personas y hacia el mundo, arrancando todo pensamiento que llevemos yo y mi otro yo. Muerde hasta cuando sea lo suficientemente consciente de que tengo que despertar de la pesadilla en la que estoy sumergida. Muerde sin ningún remordimiento y pena alguna. Muerde hasta que ese veneno interno sea eliminado para siempre...



Dame el beso de la muerte... Dame el beso de Judas... Agárrame con fuerza del cuello hasta dejar que mi aliento se vaya con el ritmo del aire, posa furiosamente tus helados labios sobre los míos. Saca mi alma muerta de este cuerpo perdido, sin rumbo, sin tener conocimiento ya de dónde está la luz y dónde la oscuridad. Saca todo recuerdo doloroso y desgarrador que haya permanecido en mi ser. Saca mi ser muerto y acéptalo como regalo para que tengas otro ser sumido en lo más profundo de su infierno gélido y doloroso...

martes, 13 de diciembre de 2011

Eat

Mi mente de nuevo me la volvió a jugar hoy... A cada bocado que daba, iba sintiéndome aún más y más culpable, iba sintiendo ese asco interno que me invadía cada vez que lo hacía. No quería hacerlo, no quería que la comida entrase en mí. Mi mente me decía que no, pero mis actos no fueron capaces de hacerle caso y continué haciéndolo.

Después de terminar, recogí lo que había puesto y lo llevé a la cocina. De vuelta a mi habitación pasé por el salón donde para volver a mi cuarto necesitaba pasar delante del espejo que habían puesto allí. Con una mirada de asco y odio fui dando grandes pasos hacia mi habitación y de nuevo allí estaba mi enemigo desde que tenía nueve años, el que creo que un día será la causa de mi muerte, el que provocó que nuevos tatuajes invadiera mi brazo izquierdo. Un enemigo al que no pude vencer y me sometió, de la manera más cruel y despreciable, a su merced sin poder evitarlo. 

Sentí repulsión al ver reflejada la persona que más asco tenía, tengo y tendré en este mundo. "Hazlo" empezó a decir mi mente; "Hazlo otra vez, hazlo... Haz que no llegue, saca lo que llevas dentro, toca esa campanilla y saca tu amargura y sufrimiento" Y ,como una marioneta, iba a salir de aquella habitación para ir al baño, pero, algo me detuvo. El sentimiento de traición que me iba a invadir después de hacerlo hizo que regresase hacia donde había permanecido sentada. El olor de la derrota inundó aquella caja de ladrillos, armoniosa, cálida y observadora de mis más profundos secretos; a la vez que el sentimiento de repulsión iba aumentando cada día.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Sola con mi sombra

Una tarde como otra cualquiera en la que habíamos quedado muchas personas en aquel sitio que nos gustaba tanto, una tarde en la que no tendría que haber salido y quedarme en casa a pesar de que no quería estar allí.

Risas forzadas con ella en el autobús, risas forzadas en casa de los dos hermanos. Caminamos por aquella cuesta para recoger a dos amigos nuestros y de ahí fuimos a dar un paseo por la playa. Éramos pares así que debí suponer que ninguno de los presentes se quedaría solo o sola. Que estúpida fui al pensar en eso... a medida de que avanzábamos una pareja iba cogida de la mano mientras otros sólo se dedicaban a charlar o a reírse de algo. Miré a mi izquierda y a mi derecha, nadie... estaba completamente sola, lo único que me acompañaba esa tarde/noche fue mi sombra.

Al final me dí cuenta que para no estar sola debería ser yo quién se acercase pero por más que me acercase parecía que preferían estar con otras personas, así que dejé de intentarlo ya que de todos modos había estado sola toda la noche.

Ya una vez de vuelta a casa, que íbamos las tres, pensé nuevamente en que no estaría tan sola como antes pero pocas veces hablaba y me dediqué a escuchar lo que estaban hablando ellas dos. Cuando nos despedimos ellas dos se fueron juntas, ya que vivían al lado, y yo me fui nuevamente sola acompañada de mi sombra y de la música. 

jueves, 8 de diciembre de 2011

Mente

Me tiro al suelo. Cierro mis ojos. Música aleatoria y de mientras se va reproduciendo empiezo a escuchar las canciones de mi vida...Sintiendo el frío pero agradable tacto que producía el suelo en mi piel. Respiro profundamente intentando olvidarme de mis cinco sentidos. Visualizando aquella puerta que al más mínimo roce me llevaría al lugar donde siempre me escondo, donde escucho mis voces internas que no paran de agobiarme, al lugar donde es muy difícil que alguien penetre... a mi mente. Escuchando aquellos pensamientos que no cesaba de hablar, algunos se repetían sin parar otros iban y venían, otros se quedaban durante un corto o largo tiempo. Palabras que tomaban forma de personas que odio o que simplemente tengo ese veneno que me recorría a veces por dentro, envidia. Una y otra vez como un disco rallado, se repetían aquellas palabras por las que huía, aquellas tres palabras que se introducían en lo más profundo de mi ser... "No eres nada".

Recorro pasillos de grandes y cortas distancias, van apareciendo miles de salas en los que contienen miles de libros. Recuerdos. Pasado, uno que me atormenta y que quisiera borrar. Presente, lo que me rodea. Futuro... una sala vacía, un libro con solo una portada. Un libro estallando en deseos de ser empezado lo más pronto posible. A tientas, por una abrumadora oscuridad que me absorbía por completo, de pronto un papel con letras ardiendo me volvían a decir aquellas palabras. Sin fuerza alguna echo a correr sin mirar atrás, ahogando un profundo grito que hace que de inmediato abra nuevamente los ojos y  vuelva a la realidad. Me miro otra vez en ese maldito objeto que reflejaba a la persona que más asco y odio tenía. Miraba su rostro tembloroso y angustiado y chillando vio nuevamente el veneno transformado en palabras que la atormentaba.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Felicidad

Felicidad... algo que había dejado de sentir hasta hoy. Hoy me había sentido inmesamente feliz. Reír de verdad, hacer locuras como siempre, reír como hacía antes... Son pequeñas cosas que me hicieron pensar que no tenía el alma tan muerta como pensaba. Pequeñas cosas como los abrazos, las risas, los mareos que tuvimos a causa de ese aparato giratorio que tuve con mi Peque. El grito que le dí al conductor del coche por una confusión mía que hizo que no parase de reírme de él. Las largas charlas que tuvimos Noemi y yo, ya que hacía mucho tiempo que no hablábamos. Ese pequeño perro que vimos que hizo que mi corazón se envolviese en ternura o con el otro perro que era mucho más grande que hizo que estallara en risas ya que a ellos y a ella les daba miedo... Pequeñas cosas... que me hicieron sentir la persona más feliz de todos los que me rodeaban. Aunque perfectamente sé que esta felicidad la experimentaré pocas veces pero haré lo que muchas veces les digo a mis amigos "disfruta del momento".

domingo, 4 de diciembre de 2011

Guerra

"Guerra" una palabra que puede ser tanto interna como externa, una palabra que siempre trae cosas malas y nada bueno. Guerras con un alto valor de importancia u otras guerras que empezaron por motivos ridículos...

Mi guerra externa son las palabras de las personas. Recibo día a día más adjetivos negativos que positivos. Palabras que año tras año han quedado guardadas en lo más profundo de mi ser, palabras que aunque algunas no hayan sido dichas en serio han hecho mucho daño en mí. Palabras que han hecho en mi alma una profunda herida que no quiere cerrarse...

"Ojalá muchas chicas fuesen como tú" Esas son, algunas veces, las habituales palabras que me suelen decir y yo como siempre con una sonrisa digo la única palabra que se me ocurre "Gracias". Pero a raíz de eso comienza mi guerra interna, mi mente dice que quiere creerlos que sirvo para algo, que soy lo que ellos dicen pero mi corazón no quiere creerlos. Ya han sido tantas palabras negativas hacia mi persona que ya no quiero creer, perdí la palabra creer y valioso en mi diccionario y ahora, ya no quiero creer que tengo valor alguno.

Una guerra constante y dolorosa en mi ser. Una guerra en la cual batallan las palabras: las de ellos, las de mi cabeza y las de mi corazón. Una guerra que no quiere terminar.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Palabras para una amiga

En la pareja o rollo como sea siempre se tiene miedo de ser dañado o de dañar o que jueguen contigo siempre se tiene ese miedo cariño por supuesto que te ilusionas como todo el mundo pero TU en TUS sentimientos no mandas dices que no pero tus sentimientos te dicen que si que quieres quererlo y tu te empeñas en decir que no para no sufrir más de lo que has sufrido...

viernes, 2 de diciembre de 2011

Otro premio (el de mi cari (L))




 Así que aquí van los premios:
1.Mencionar quien te otorgó el premio:
http://sentimientos-de-la-adolescencia.blogspot.com/

2.Entrega a tus blogs favoritos.
 http://sentimientos-de-la-adolescencia.blogspot.com/
 http://un-angel-en-paris.blogspot.com/
 http://hate-and-love-13.blogspot.com/
 http://princesadeaqueldream.blogspot.com/
           
 3.Nombra 3 razones por las que creaste tu blog:
  1-Porque mi cari me animó a hacérmelo.2-Porque mis palabras más internas es la única cosa que nadie podrá callar de mí y por eso las escribo. 3-Porque para mí es un método de huida.


 4.Nombra 3 prendas de vestir favoritas:
 Sudaderas, vaqueros y leggins (o como se escriba xD)


5.Colores que te identifiquen:
Mi favorito es el Rojo, luego el Azul y el Naranja.

6.Agrega una linda foto tuya.
 Lo de linda es broma ¿no?
Pregunta del premio: ¿Si un tomate hablara qué le dirías?
Que si es muy dura la vida del tomate y que tuvo que hacer para serlo.

                                       Pues ahora voy a cantar la canción de Pikachu :D

martes, 29 de noviembre de 2011

Voz de mi alma




Ya no es por ellos, ya no es por quién se fue, ya no es por nadie… Sólo es por mí. Toda mi depresión reside en mí, todo ese sentimiento guardado y callado ha estado en mí y en mí interior, todas esas lágrimas que no pude derramar cuando necesitaba las estoy llorando ahora mientras escribo estas palabras y mientras me acuesto, me pongo los cascos y comienzan a salir 
solas.




 Cada vez veo más lejos el tren de la felicidad pero aún más la estación. Estoy perdida y sin rumbo, tengo miedo de esta oscuridad infinita, tengo la sensación de que mientras otros se van haciendo aún más fuertes y van cada día luchando por estar en ese tren, yo permanezco en un lugar alejado de toda luz. Pensé que si pude alumbrar una pequeña parte del sufrimiento de otros, pude alumbrar un poco el mío… que tremendamente estúpida fui. ¿Por qué tuve que cruzar esa puerta hacia ese vacío infinito? ¿Por qué me engañé tanto pensando en que podía ver la luz que perdí?  Después de tanto tiempo lo entendí. No le tengo odio al mundo, me tengo odio a mí y a mí misma por ser la misma débil que es suficientemente valiente para decirlo mientras lo expresa con la verdadera y única voz de mí alma, las palabras…



 “¡Débil, inútil, sin valor!” Quiero callar esa parte de mí que no para de reprocharme estas palabras a diario, quiero callarla pero ella consiguió callarme a mí. Por eso de vez en cuando huyo para que quizás así esa voz no me encuentre pero es inútil ya que ella soy yo y yo soy ella. Dos voces, una que se mantiene fuerte e imponente y otra que se mantiene callada por la otra.
Irónico… una de las voces de mi alma consiguió callar a la otra pero aún no consiguió callar a mis palabras.



domingo, 27 de noviembre de 2011


"Necesito ahogarme para sentir esa desagradable sensación de angustia y comprobar que no soy un alma muerta. Necesito ahogarme para saber quién realmente será capaz de darme el aire que mis pulmones necesitan respirar. Necesito ahogarme para que cuando ese aire entre, ría con todas mis fuerzas liberándolo. Necesito ahogarme para aprender a respirar. Necesito ahogarme en lágrimas para aprender a soltarlas. Necesito ahogarme en mi amargura para poder chillar tan alto que deje sordo al oído de quien me escuche. Necesito ahogarme en mí..."

sábado, 26 de noviembre de 2011

Capítulo 7: Cine y campanadas.


Un mes después, en una calle abarrotada de gente.

Álex y Claudia caminaban fuertemente agarrados de la mano. Habían quedado para ver una película que se llamaba “Mírame a los ojos”. Nada más llegar a las taquillas tuvieron que esperar media hora de cola, aquella película se había convertido en una de las más vistas desde que se estrenó. La historia trataba de un romance entre Geraldine, una joven que pertenecía a la aristocracia más poderosa de su país, y James, un aristócrata de mucho prestigio al igual que Geraldine. Pero a pesar de su grandioso amor había muchos obstáculos para ellos uno de ellos era que el tío de James había tenido un desliz con la madre de Geraldine y a causa de ello nació ella.

Finalmente, pasó la tan esperada media hora para poder comprar las entradas. Claudia estaba impaciente por verla ya que se había leído más de siete veces el libro. Álex por su parte no lo había leído ni sabía muy bien de que trataba la historia pero por el entusiasmo de su novia debía ser muy buena.

Cinco y siete minutos, en tan solo tres minutos la película empezaría. La muchedumbre inundaba aquella espaciosa e iluminada sala, no había ningún asiento libre y algunos estaban impacientes y otros a pesar de haberla visto más de dos veces volvían a verla con la misma ilusión. Oscuridad. La película comenzó. No habían puesto ningún anuncio así que salió la película directamente. En primer lugar se podía ver el reino de Geraldine y James, era precioso, los árboles bailaban en sintonía con el viento. Las casas, algunas más ricas que otras, eran una bella mezcla de antigüedad y modernismo, entre lujoso y pobre; el riachuelo que se hallaba en pleno bosque, era un agua que hasta la persona más impura que se hubiera bañado o tan solo haberse rociado con un poco de esa agua, habría alcanzado la pureza.

Geraldine era una hermosa joven, era también una de las muchachas más educadas y admiradas por todos. Sus cabellos parecía que habían sido cubiertos por el ala de un cuervo, sus carnosos labios escondían una ardiente pasión y lo que más destacaba de ella eran sus ojos, unos preciosos ojos de color avellana. James, un muchacho de diecisiete años de edad, en esos tiempos ya se le había de considerar un hombre que debiese desposar a una mujer cuanto antes. Un hombre fuerte, con unos penetrantes y cálidos ojos grises y cabellos tan dorados como el sol…

La película siguió avanzando. Cada vez se iba poniendo aún más interesante, el profundo amor de Geraldine y James se hacía cada vez más fuerte y mientras más obstáculos que les imponían sus familias, mayor amor y mayor dolor sentían. Y casi terminando la película, los jóvenes se encontraban en el jardín de ella. Los preciosos ojos de ella se inundaban en lágrimas, mientras que los de él se esforzaban por no hacer lo mismo
.
-Geraldine, amada mía… Deberíamos separarnos, deberíamos acabar con todo, así no tendrás que ahogarte en tus lágrimas –decía James acariciándole el pelo. Ella levantó la mirada, lo que hizo que se mezclasen sus ojos que ya casi no lloraban con los de él.

-Mírame a los ojos. Míralos y dime que no me amas, dime que deberíamos separarnos, dime que no tenemos posibilidad alguna de permanecer unidos para siempre...

-No te amo. Deberías seguir tu camino y yo el mío. Nunca podremos llegar a ser felices unidos… -él se lamentaba muchísimo por aquellas palabras.

- Ahora… déjame mirar los tuyos. Veo que me mientes, veo que tus labios mienten, no olvides que puedo introducirme en tus ojos y ver tu corazón…

-Lo sé perfectamente pero ¿qué podemos hacer? –y sin más, empezó a sollozar.

- Huyamos. Vámonos hacia donde podemos ser felices… -y con determinación, agarró fuertemente la mano de él y se fueron lejos. Desaparecieron del mundo, desaparecieron del camino del dolor para sumergirse por completo en el del amor…

La sala comenzó a iluminarse, todos permanecían en silencio y después de aquel shock momentáneo, el silencio murió y nacieron los aplausos y lágrimas. Álex tardó bastante en reaccionar hasta que vio a Claudia llorando en su hombro, en una palabra, preciosa… Así era ella y así había sido aquella película.

Nada más terminar de cenar, fueron a darse un paseo. Todavía estaban impactados por “Mírame a los ojos”. Él le dijo a ella…

-Claudia…

-¿Sí?

-Mírame a los ojos  y verás que están llenos de sueños, ya que tú eres el mayor de esos sueños.

Ella se quedó en silencio y se lanzó encima del muchacho. Las campanas dieron las once, el sonido hacía de ambiente a aquellos dos cuerpos que se besaban y amaban más y más…

jueves, 24 de noviembre de 2011


Dos espejos distintos. Dos personas distintas. Dos cuerpos distintos. Dos sentimientos distintos, el de ella que se arreglaba alegremente su precioso rostro  delante del espejo y yo que intentaba mejorar lo que pudiese del mío. Me perdí en mi rostro y sentí asco al verlo. Volví a la realidad, volví a aquel baño me fijé en ella  sin parar de arreglarse el pelo, me acerqué desganada a su lado y de vuelta a las comparaciones. Ella… preciosa y perfecta como siempre, había cambiado mucho desde tercero y cada día estaba más guapa pero… ¿y yo? Me fijo cada dos por tres en fotos de hace dos o un año y no veo cambio alguno, sólo que día a día mientras otras cambian y van mejorando de aspecto, yo me voy quedando atrás siempre estoy igual, sin ningún cambio. La seguí mirando con ojos de inferioridad y sentí a la vez un poco de envidia, mis ojos ocultaron la tristeza de querer ser igual que ella y mi mano ocultó un golpe que quería dar a ese espejo, romperlo y hacerlo añicos, aunque entendí que por muchos espejos que rompiese yo siempre sería igual y nada cambiaría.

martes, 22 de noviembre de 2011

"Jamás" Esa es la palabra que definiría ahora lo que siento. Jamás podré ser como ellas, jamás podré ser alguien mejor y no esta persona inútil. Jamás cambiaré. Jamás... Ahora lo único que me queda es seguir escuchando a mi mente rugiendo victoriosamente por haber ganado el enfrentamiento entre ella y mi "yo" interior. Ahora lo único que hago es sentir que he perdido, sentir que estoy en el suelo y ni nadie ni nada puede levantarme. Ahora lo único que hago es golpear la pared, rompiéndome los nudillos, gritando y llorando a través de ellos, sin sentir dolor físico, sólo un sentimiento aliviador...

domingo, 20 de noviembre de 2011

Botas y espejo


Absorta en mis pensamientos como de costumbre, con la mirada perdida, con la mente en el cielo y mi cuerpo en la tierra. Me fijé en las botas que había dejado bien colocadas en el suelo, una se mantenía doblada y sombría y la otra estaba firme, ocultando a la otra. De pronto, mi mente dejó de estar en las nubes y volvió a la tierra. Me quedé observando las botas durante un buen rato y seguidamente me di cuenta de que hasta ellas me lo decían. La del pie derecho ocultaba a la otra que estaba doblada, esa que estaba doblada era yo… Mientras que ellas son mucho mejores que yo y muy superior a mí, yo me mantengo como la bota doblada que está oscurecida por otra que son mucho más firmes y mejores que yo.
Después de esa reflexión, comencé a estudiar. Cuando terminé me levanté de donde estaba sentada y me miré en el espejo que estaba en mi habitación, me acerqué y sin motivos unas palabras inundaron todos mis pensamientos: “Tú odias todo de mí… Atentamente: El espejo.”  Seguidamente de esas palabras, mi yo interior apareció mirándome con una expresión de asco e intimidante. Sus palabras fueron… “Da igual lo mucho que creas parecerte a ellas, nunca lo conseguirás, siempre serás así: inútil y horrorosa” Una y otra vez se repetían aquellas palabras que me hacían mucho daño, palabras a las que debería de estar acostumbrada ya que se repiten día a día. Siendo día a día la misma persona que va arrastrando un espejo en su vida…

sábado, 19 de noviembre de 2011

Imaginemos

"Dame la mano, cerremos nuestros ojos y corramos lo más lejos que podamos. Imaginemos que somos felices, que ni tú eres tú ni yo soy yo. Imaginemos un lugar donde podamos reír hasta quedarnos mudos, un lugar donde dejemos atrás todo lo que nos angustia, un lugar lleno de sueños, un lugar donde nuestra felicidad lo inunde todo, un lugar donde reine la locura y sintamos la calidez de sentirse acompañado. Imaginemos por un momento que corremos hacia aquel tren donde tiene dos huecos reservados para nosotros, llevándonos al reino de la felicidad. Imaginemos que descubrimos lugares desconocidos a la vez que gracias a ellos descubramos otros. Imaginemos que podemos tocar las estrellas, atravesar el enorme cielo y apoyarnos suavemente sobre las nubes. Imaginemos que sabemos hacia dónde tenemos que ir, las respuestas a todas nuestras preguntas y el camino correcto que debemos seguir. Cerremos los ojos, imaginemos todo cuanto queramos sin límites, hagamos todo lo que nos propongamos. Hagámoslo sin soltarnos de la mano."

Pájaro enjaulado


"Rabiando con fuerza desde lo más profundo de mí ser. Llorando con un inmenso sentimiento de rabia. Pegando un puñetazo fuertemente contra la pared. Sintiendo una impotencia infinita. Quiero gritarles a la cara que aunque tenga quince años, no soy una niña pequeña que necesita vigilancia y protección las veinticuatro horas del día. Quiero hacerles saber que estoy ¡HARTA! de que me traten así. Quiero gritarle al mundo que a pesar de no parecerlo soy mucho más cuidadosa que muchas personas que conozco.  Quiero que entiendan que ya no soy un bebé como ellos aún creen que soy, que entiendan que estoy creciendo y que no volveré a ser una niña pequeña como ellos aún me ven. Quiero poder despedirme lentamente de mis amigos sin tener que darme prisa para que no vean mis sentimientos de rabia e impotencia en forma de lágrima. Quiero correr y sentir que el mundo es mío. Quiero escaparme de mi casa para no tener que ser siempre la que grite en mi interior. Quiero huir a algún sitio donde sea una completa desconocida. Quiero sentir que soy un pájaro enjaulado al que acaban de liberar y alza sus grandes alas para poder ser libre. Aunque por lo que veo… la ansia de libertad es un mero sueño incumplido…"

viernes, 18 de noviembre de 2011

"¡Entra! Entra en mi en mis ojos y dale de nuevo ese brillo especial que los caracterizaba. Entra en mis pensamientos y no permitas que tenga esos pensamientos que me destrozan la existencia. Entra en mi ser y devuélvelo a la vida. Entra en mi cuerpo como las ardientes chispas del fuego para darme calor. Entra en mis oídos y chilla lo más alto que puedas para despertarme. Entra en mi garganta y haz que vuelva a hablar. Entra en mi cuerpo y dale una nueva alma. Entra en mi corazón y dale sentimientos para que pueda sentir. Entra en mis pulmones para que vuelva a respirar.Entra en mis labios para que vuelvan a sonreír. Entra... y no dejes que muera de nuevo..."

miércoles, 16 de noviembre de 2011

"Pequeño tren... ¿dónde estás? ¿Por qué no has venido a recogerme aún? Pequeño tren... has subido a tus vagones a miles de personas y te has olvidado de reservar un lugar para mí. ¿Acaso no soy apta para ir a ese reino del que tanto se habla? ¿Acaso te he pedido demasiado para no haber querido venir a por mí?
Ahora es de noche, caliento mis frías manos con un débil aliento que ni yo misma sé de dónde proviene, siento el frío viento acariciando suavemente mi piel, escucho a esa musa que entra en mí ser y me siento protegida por ella a pesar de este frío tan intenso que tengo...
Pequeño tren... me has abandonado sé que no vendrás a por mí... En el pasado, me tiraste de uno de tus vagones más llenos y me quedé vagando en la solitaria y profunda noche. ¿Por qué lo hiciste? ¿Acaso hice algo mal? o ¿es que acaso mi sino no era ir a aquel reino? Ya no puedo responder a ninguna pregunta. Sólo sé que no sé nada... Pero algo sí sé pequeño tren... has ido abandonando a muchas personas en el reino de la amargura y por propio egoísmo has ido lanzando y recogiendo personas a la cual desconozco el rostro. Pequeño tren... ¿por qué me has dejado caer? ¿Por qué has dejado que me encierre? Si lo único que querías era que viese el mundo tal y como es, lo reconozco en eso me has ayudado pero también me has ayudado a que me encierre en mi propia oscuridad, en la oscuridad que he ido viendo a personas que no se lo merecían. Pequeño tren... ¿por qué nos has abandonado a todos...?

martes, 15 de noviembre de 2011

Sensaciones


Sensaciones de que poco a poco me estoy alejando de ellas, sensaciones de que cualquier día se van a hartar de mí y me voy a quedar sola. ¿Por qué lo hago? ¿Por qué he creado un muro fuerte e indestructible en el que no quiero que nadie entre?
Cada día, a cada hora y a cada minuto tengo esa sensación de que el día menos pensado caminaré sola y posiblemente no querré que nadie esté en ese camino…

lunes, 14 de noviembre de 2011

Ironía

Que irónica es la vida... "Vivo y empiezo a morir, muero y empiezo a vivir, lloro y termino riendo, río y me ahogo en lágrimas, grito y acabo callando, callo y comienzo a gritar muy alto, rabio y luego me ablando, estoy frágil y acabo por rabiando..."

La vida... aquello que es tan incomprensible y a la vez tan irónico...



Reglas
1. Agradecer a la persona que te dio el premio: 
¡Muchas gracias  http://electrakay.blogspot.com/  por darme ese premio, muchos besos!

2. Darle el premio a 6 personas más: 
Primero a http://sentimientos-de-la-adolescencia.blogspot.com/ por hacer las mejores entradas que he visto nunca y por hacerme sentir y ver lo mismo que él a través de sus hermosas palabras
 A http://un-angel-en-paris.blogspot.com/ por los maravillosos comentarios que me ha dejado en mi blog 
http://hate-and-love-13.blogspot.com/ por seguir el blog y por las preciosas entradas que nos muestra
http://electrakay.blogspot.com/ por darme el premio y porque me gusta mucho su manera de expresarse.
http://princesadeaqueldream.blogspot.com/ por la interesante historia que ha comenzado
Y a http://ojos-hechizeros-my-wolrd.blogspot.com/ por sentirme muy identificada con su personalidad.

3. Di 4 cosas que te gusten y otras 4 que no:
Me gusta:
Leer
Escribir
Mirar las estrellas pensando en ellos
Estar cuando me necesiten
No me gusta:
Que me hablen por las mañanas
Que me digan un mote que odio
Que me oculten cosas
Que me agobien
4.Pon 10 deseos que quieres que se cumplan:
Cuando me aclare los pongo.
 


 
"Soy la perfecta imperfección de un mundo paralelo al vuestro, donde únicamente entran en él los que verdaderamente cierren sus ojos para poder apreciarlo"

domingo, 13 de noviembre de 2011

Ayer

Y nuevamente ayer salí corriendo. Corrí hacia ese autobús que me llevó al lugar donde puedo estar sola sin que nadie me conozca y viese mi pena. Caminando por aquella playa que me encanta, con los cascos puestos escuchando música triste, con el cigarrillo en la mano, sintiendo ese calor que me gustaba cada día más. Cuando llegué hacia el otro lado, encendí el otro y nuevamente empecé a caminar por donde había venido. Me senté en aquel lugar donde las olas rompían fuertemente contra las rocas, empezó una de mis canciones favoritas y mi mente empezó a pensar y cuanto más pensaba, más ganas de llorar tenía. Al final como siempre acabé llorando, mezclando la amargura de mis lágrimas con las gotas de las saladas olas del mar. Me puse en pie deprisa con la cara empapada aún, la música seguía sonando y me adentré en la playa, sentándome en aquel lugar donde el mes anterior había estado con dos de mis mejores amigos, “Shattered” comenzó a sonar y seguí pensando. Volvieron a mi cabeza esos pensamientos que tenía sobre que verdaderamente no soy nada, que intentaba alejarme de todos poniendo excusas porque ya no tengo ganas de nada, que al día siguiente sería trece un día que siempre recordaré ya que tres meses antes, ella se había ido para siempre…
Secándome las lágrimas decidí que ya era hora de irse. Corrí hacia el autobús ya que lo iba a perder, me subí, abatida y sin ganas apoyé la cabeza contra el cristal. Se puso en marcha, mirando por la ventana creí ver a un amigo mío que se dirigía hacia la próxima parada. “Sería una persona que se le parece” pensé, aunque no fue así… A quien vi primero fue a ella, una persona a la que conocía desde hace poco pero le tenía mucho cariño. La saludé con la mano, esbozando mis mejores sonrisas y se dio cuenta. Luego lo vi a él, con ese flequillo hacia arriba, riéndose y señalándome. Reencuentros, abrazos, charlas y tonterías en ese autobús, sintiéndome feliz por estar con ellos porque son únicos.
Y al caer aún más la noche, después de cenar, muchos corazones sufrieron de entre ellos uno, era el mío. Muchos abrazos de despedida, a ella uno para intentar que estuviese mejor, a la otra chica otro porque la vi mal y a él porque noté en su mirada que tampoco estaba bien. Más abrazos de despedida y otro con él, porque verdaderamente lo necesitaba, me hizo prometerle algo que luego no pude cumplir. Y después del segundo, aguantándome las ganas de llorar, me fui… Con los cascos puestos,  comencé a llorar por las calles a oscuras, parándome en alguna parte, que no hubiese nadie, ya que no podía andar, a causa del dolor y el abatimiento. ¿Estaría llorando por la felicidad que sentí por haber estado con ellos o por los pensamientos que me seguían rondando por la cabeza?

sábado, 12 de noviembre de 2011

Cobarde

+Cobarde que engañas a todos para que no sepan la verdad. Cobarde que sales corriendo cada dos por tres. Cobarde que vas parándote en cada espejo que ves para mejorar tus sonrisas. Cobarde que huyes de todo y de todos. Cobarde que dices que todo te da igual cuando no es así. Cobarde que tienes miedo a que te vean frágil. Cobarde que haces tonterías para que no se note. Cobarde que te despides rápido de tus amigos para que no te vean llorar. Cobarde…eso eres TÚ.
-Y si soy así… ¿ por qué no tomas control sobre mí?
+Porque yo soy tú… por lo tanto también soy cobarde.
Recostada, mirando al techo, con los cascos puestos. Termina una canción y empieza a sonar otra vez, una canción que me describe mucho, una canción que siempre me acompaña. De pronto, empiezo a gritar interiormente, los ojos se me empiezan a enrojecer. Quiero gritar pero no puedo así qué con fuerza me clavo un poco las uñas en la piel. No me duele para nada. Lo hago sólo una vez. Me levanto, me miro en el espejo y corro, me pongo lo primero que veo y me arreglo un poco. A ellos les pongo una excusa, a ellas otra.
Correr y huir es lo que quiero hacer. Sola, como siempre y como me gusta estar.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Me ahogaba...

“¿Estás bien que te pasa?” “Nada…necesito aire” “Dame el libro que te doy aire” “Iros de aquí que la estáis agobiando, desabrocharle la chaqueta”
Me ahogaba… Intentaba parecer que era menos de lo que tenía y con una simple sonrisa les convencí a todos de que estaba bien. Sentándome en la silla me llevé la mano a la frente e intenté mejorarme pero no fui capaz. Intenté que nadie me viese con los ojos enrojecidos y sin que nadie lo notase me llevé la mano al pecho.
Ya en la soledad de la noche pude hacer lo que tanto necesitaba…

martes, 8 de noviembre de 2011

Conversación bajo redes.

Sentados en la misma mesa de ordenador como me habías pedido en el recreo, mirábamos aquella pantalla donde no paraba de salir error en la conexión y nos estábamos divirtiendo mucho a costa de eso.
Me enseñaste tu mano, estaba bastante mal con un color rojizo impresionante. Te quedaste mirando mi cara de preocupación y te reíste por ello, me confesaste que lo hiciste por dolor porque estabas cabreado y la seguí acariciando.
Volvimos a reanudar lo que teníamos que hacer pero nada…imposible de conseguir red, así que empezamos a hablar. Te pregunté por ella, cómo iba vuestra relación y con firmeza me respondiste que te habías peleado con ella, que la insultaste con muchas barbaridades, que hiciste miles de cosas por ella y que nunca hizo nada por ti; que sólo la querías amar y ser amado por una de tus mejores amigas. También me confesaste que el día anterior la habías llamado diez veces y siempre te colgaba y con rabia empezaste a golpear la pared y a llorar por ese amor que te hacía tanto daño. Te mostrabas firme ante mí,  mirando al frente, sin mirarme, sólo haciéndolo un par de veces. Intentabas fingir que estabas bien pero yo sabía perfectamente que no lo estabas por eso me quedé escuchándote hasta que empecé a decirte lo que verdaderamente sentía y eso hizo que te animaras. “Realmente curioso” pensé, ya que jamás creí que tu y yo tendríamos esa conversación tan de… amigos. Y mientras me seguías contando te miraba con una triste expresión en el rostro y volví a acariciarte la mano, mientras me limitaba a escuchar tus penas.
Y finalizando la conversación te dije: “Pues ella se lo pierde, ya que no quedan chicos tan buenos como tú”. Te reíste y te limitaste a decir: “Y ojalá ella fuese como tú, muchas gracias”. Y así acabó una conversación de amigos bajo redes.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Y cerrando los ojos...


Y cerrando los ojos aprendí a ver cómo realmente soy, aprendí a reír con más ganas, aprendí a llorar con más fuerza, a gritar más alto que nadie, aprendí a recordar mi pasado, mirar mi presente y a imaginar mi futuro.

Y cerrando los ojos empecé a sentir cómo el mundo pasa y yo con él, cerrando los ojos empecé a escucharme más a mí misma, cerrando los ojos empecé a sentir las alegrías y penas de los que me importan, a que por muy ciega que esté y vaya poco a poco perdiendo el rumbo hacia ese mar de lágrimas y penas aprendí a visualizar a quienes verdaderamente están ahí, tirándose a ese mar y poco a poco sacándome de él. Cerrando los ojos lo vi a él sonriéndome con esa sonrisa tan especial que tiene que hace que todo mal que tenga se vaya y espero que nunca se marchite.

Y cerrando los ojos empecé a ver…

sábado, 5 de noviembre de 2011

Lágrimas


Y ahora ya comprendí el motivo por el cual me paso la mayoría de los días llorando en silencio, acostada en mi cama, con la oscura luz de la noche… Lágrimas que derramo porque siento que a cada sitio que voy con mis mejores amigos siento que sobro, lágrimas que caen sin parar por sentir que no soy nada en comparación con otras personas, que todos son mejores que yo. Lágrimas de angustia al saber que no puedo aliviar el dolor de nadie, lágrimas que caen porque siento que poco a poco me consumo cada día más y no sé qué hacer para sentirme mejor. Recordar todos y cada uno de mis complejos y las palabras de alguien que me lo recuerda cada puto día que pasa. No ser nunca lo que verdaderamente soy, no decir nunca como verdaderamente estoy para no hacer sufrir a nadie. Buscando la única compañía de la soledad, intentar alejar a todos de mí y yo por cobarde y por miedo me niego a pedir ayuda. Encerrarme en mí y en mi yo interior, creando un muro en el que nadie lo pueda romper. Sentir que tengo ganas de huir, de echar a correr, de no mirar lo que me rodea, de montarme en ese autobús,  apoyar la cabeza en el cristal y pensativa mirar a través de él. Querer andar por allí sintiendo nostalgia…


viernes, 4 de noviembre de 2011

Sin mentiras


“¿Hoy quedamos?” “No lo sé…” “¿Por qué?” “No sé si me dejarán salir…” “¡Ah! Si quieres te recojo y así te dejan” “Luego hablamos…” “Vale”. Cada viernes, a todas horas, la misma conversación una y otra vez, inventándome excusas que ya no sirven de nada… Pero ya me cansé, hoy les grité a la cara que no salía porque no tenía ganas de salir, que no iba quedar con nadie, que prefería estar en casa. Sentí… ¿liberación? Sí… una gran liberación de poder decirles la verdad que ya sabían a la cara, poder ser yo misma de una vez sin mentir. Decirles que ya no tenía nada de ganas de ir a ningún sitio aunque el motivo… me lo sigo callando, escondiendo una vez más lo que siento.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

"Nunca digas nunca"


Hace dos años…

+¡Qué asco!

-Pero si relaja…

+Yo nunca lo haré ¡NUNCA!

Acostada en la cama, estudiando algo que para mí me parecía aburridísimo. Pensé en todo lo que había pasado desde el viernes hasta hoy y me sumergí en una profunda tristeza, quería salir de aquella habitación me sentía ahogada, sentía que el techo se me venía encima y rápidamente crucé la puerta para ir al salón.

Allí estaban ellos dos, sentados, viendo lo de siempre. Me senté yo también y me fijé en un pequeño artilugio, lo cogí y empecé a jugar con él. Luego, dejándolo donde estaba, cogí la pequeña cajita e hice lo mismo. De pronto, me entró curiosidad y sin que se dieran cuenta cogí uno…

Esperé hasta que se fueron todos y me quedase completamente sola, busqué el pequeño artilugio con el que había estado jugando hace poco rato. Me senté me lo llevé a los labios y lo encendí…

Al principio, tosía pero poco a poco me iba gustando, jugaba con el humo, veía la ceniza caer. Después al apagarlo recordé una situación de hace dos años en el que discutía con mi madre sobre que no debía fumar que era malo y que nunca lo haría… Me reí, “Nunca digas nunca” ¡Y QUÉ RAZÓN TENÍA! 

domingo, 30 de octubre de 2011

Reflejo


Intento buscarme a mí misma y no obtengo resultado. Intento comprender mejor qué me ocurre para intentar solucionar mis altibajos pero nada… No obtengo resultados de ninguna manera.

Lentamente, me fijo en aquel objeto cuadrado y cristalino. No me veo a mí sola, veo a dos personas igual que yo en aspecto pero con distintas miradas. ¿Qué hacen? Están discutiendo, están librando una batalla interior muy profunda. Una llena de fuerza y determinación intenta vencer a mi yo débil e insegura, aunque sus diferencias de fuerza no son las mismas, la más débil se intenta defender de la fuerte, rugiendo como leonas, una batalla que parece no acabar nunca ¿y quién es la perjudicada? YO… la espectadora de aquella batalla de dos partes iguales en aspecto pero muy opuestas en carácter.

Harta… de aquella batalla sin sentido, me llevo las manos a la cabeza para intentar no escucharlas gritando pero es inútil, las escucho dentro de mí, no aguanto más la presión, alzo el puño y con un fuerte golpe rompo el espejo con la finalidad de acabar con aquella guerra. Aún así…es inútil ya que no puedo librarme de mí reflejo interno que siguen batallando dentro de lo más profundo de mí ser…

Cuando me vaya...


Mirando la pantalla del ordenador con la mirada perdida, hablando con ella, su mejor amiga. Sentía mucha opresión en el pecho y necesitaba contárselo. Al principio, dudó un momento en si hacerlo o no pero ya no aguantaba más y lo soltó…

+Tía ¿sabes en qué pienso todos los días en el colegio o en casa?

-No, ¿el qué? Dímelo.

+En clase estábamos haciendo lo de siempre y estábamos ella y yo en silencio haciendo lo que nos habían pedido y… me puse a pensar en todo, en el día en que llegué, en que te fui conociendo más y más y te convertiste en mi mejor amiga. También pensé en que este curso no es como antes, en que echo mucho de menos estar las tres juntas, echo de menos eso…

-Yo también y mucho…

+También me pongo a pensar en el miedo que tengo… tengo miedo de pensar que no seré lo suficientemente buena para pasar y graduarme.

-Tonta eres, siempre lo has hecho todo bien y este curso también, así que no te preocupes.

+Sí, ya… pero… ¿qué haré cuando todo termine? Cariño, estoy preocupada porque ahora que sabía lo que quería se me presenta un nuevo camino, uno en el que creo que me iría bien pero no sé… no sé lo que quiero. Sé que es verdad que es muy pronto que piense en esto ahora, pero sabes cómo soy, pienso siempre en el futuro y eso verdaderamente me aterra… Más de lo que crees…

-Ya… pero tía aún tienes tiempo…

+Lo sé…

Mientras tenían esa conversación, unas pequeñas gotas de dolor salieron de sus ojos. Quería decirle mucho más, tantas cosas…

Por la noche, cuando se tumbó en la cama cogió su móvil y empezó a escuchar música para ayudarla a conciliar el sueño. De pronto, una canción sonó y se puso a pensar nuevamente en ello. Pensó en el día en que se gradúe, en esa palabra que tanto miedo le daba…”bachillerato”, pensó en lo sola que se sentiría sin ellas, una seguiría en el colegio y otra empezaría a hacer lo que tanto le gustaba y se le daba muy bien. Sé que cuando llegue a ese sitio lleno de arte estará de lo mejor y la otra no estaría sola en el colegio que también estará bien pero… ¿qué haré yo sin ellas? ¿Cómo será mí día a día en un sitio que apenas conozco? ¿Me sentiré sola…? Como decía esa canción; “Que cuando me vaya, no caiga una lágrima por mí, que sólo quede la amistad... tantos sueños que recordar...”, sonando aún más fuerte en mi interior…



sábado, 29 de octubre de 2011

Sola


“¡Lista!” pensé. Ya estaba lista para irme, como siempre le di un beso a mis padres despidiéndome de ellos, aunque no tenía demasiadas ganas de salir ya hacía mucho tiempo que no lo hacía y tuve que ir con las mejores de mis sonrisas y locuras preparadas.
Caminando sola por la calle, escuchando música a todo volumen, llegué lo más rápido que pude a donde me estaban esperando. Llegué la última, los saludé a todos con un beso y un abrazo, luego tuvimos que recoger a un amigo de él y nos presentó.

Al principio, me sentía de lo mejor haciendo de las mías ellos se reían y me empecé a reír forzadamente pero después de diez o quince minutos en los que había empezado a hacer tonterías… “Anda, cállate ya y deja de hacer la payasa” “¡Joder tía qué vergüenza!” “Si lo llego a saber no vengo” palabras como esas se repetían constantemente, pensé que era hora de parar que ya les molestaba así que dejé de hacerlo pero algo me dolió. Constantemente diciéndome en el instituto qué me pasaba que estaba muy seria y ahora que estaba “bien” me decían que parase...

Caminando en silencio, sin decir nada, me di cuenta que dos se habían puesto a hablar delante de mí y dos hablaban detrás de mí, y yo estaba… ¿sola? Sí, jamás me había sentido tan sola como hoy. Sé que muchas veces prefiero estar así sin que nadie me “tocase las narices” por así decirlo pero hoy quería que alguien me diese un fuerte abrazo, que alguien me apretase la mano haciéndome sentir que no estaba sola, que me hubiese dicho que la mala racha que llevaba sería pasajera y que dentro de poco estaría bien pero no… nadie estaba allí para decírmelo y aún así lo comprendo ya que no suelo hablar de mis penas, ni siquiera con mis  mejores amigos.

Al finalizar la tarde, uno se tuvo que ir en autobús y lo acompañamos hasta la parada, y los otros tres como vivían cerca se fueron y yo seguí hacia delante con los auriculares puestos y nadie se dio cuenta de las pequeñas lágrimas que se estaban formando en mis ojos aunque me esforcé en guardarlas. De pronto sentí unas ganas enormes de que viniese alguien con una gran sonrisa, me abrazase y quedarnos un rato largo así, verdaderamente quería eso pero de nuevo yo estaba…sola.

Abatida llegué a mi casa con una sonrisa que me pesaba ya demasiado, no aguantaba más, quería gritar todo lo que tenía y nunca lo hacía porque no quería que nadie viese lo afligida que estaba, no tenía ganas de nada, ni de comer, ni de reír… Me encerré en el cuarto y me fijé en el peluche que estaba encima de la estantería y me alegré de tenerlo, él siempre estaba allí para abrazarlo y apretarlo contra mi pecho cuando estaba mal y perfectamente sabía que esta noche me quedaré dormida junto a él.

viernes, 28 de octubre de 2011

Princesa



Princesa que vives en ese reino de amargura y soledad,
princesa que te ahogas cada noche en tu lamento
queriendo saber tantas respuestas de tantas preguntas.

Princesa que gritas hacia dentro,
como un veneno que se extiende poco a poco en tu ser,
necesitando que venga alguien y te dé un fuerte abrazo
como si del fin del mundo se tratase.

Princesa que pintas con un pincel llamado tristeza,
de negro turmalina,
tu mejor lienzo que es tu vida.

Princesa que te acuestas con lágrimas abundando tus ojos
y por la mañana despiertas con esa sensación de cansancio,
apretando con fuerza tu pecho,
pensando en el motivo de tu desgane.

Princesa que cada vez más vas sintiendo
poco a poco ese frío intenso
que te hace temblar.

Princesa que miras por la ventana de tu castillo,
con la luna observando tu semblante pálido,
imaginando un mundo que no es éste,
uno en el que toda pregunta tiene su respuesta,
uno en el que toda miseria que sientas se invierta,
uno en que no sientas que eres menos que todos,
uno en que puedas ayudar a curar a otros,
uno en que puedas ir a donde sea sin decir nada,
uno donde no puedas esconderte y ser quien eres,
uno en que no tengas que fingir que todo va bien,
que de tanta felicidad y risa no tengas tiempo de llorar.

Princesa que te muestras fuerte, acorazada ante todo
protegiendo tu debilidad
y aún así no consigues lograrlo.

Princesa que habías creído encontrar al príncipe
pero lo único que vistes eran ranas disfrazadas.

Princesa… la vida no es como lo cuentan los cuentos,
ni los más bellos poemas o versos,
la vida es… todo lo que te rodea, todo aquello que experimentas, todo aquello que ves, todo aquello que dices, todo aquello que callas, todo… pensando que es un nada infinito.