Intento buscarme a mí misma y no obtengo resultado. Intento
comprender mejor qué me ocurre para intentar solucionar mis altibajos pero nada…
No obtengo resultados de ninguna manera.
Lentamente, me fijo en aquel objeto cuadrado y cristalino.
No me veo a mí sola, veo a dos personas igual que yo en aspecto pero con
distintas miradas. ¿Qué hacen? Están discutiendo, están librando una batalla interior
muy profunda. Una llena de fuerza y determinación intenta vencer a mi yo débil
e insegura, aunque sus diferencias de fuerza no son las mismas, la más débil se
intenta defender de la fuerte, rugiendo como leonas, una batalla que parece no
acabar nunca ¿y quién es la perjudicada? YO… la espectadora de aquella batalla
de dos partes iguales en aspecto pero muy opuestas en carácter.
Harta… de aquella batalla sin sentido, me llevo las manos a
la cabeza para intentar no escucharlas gritando pero es inútil, las escucho
dentro de mí, no aguanto más la presión, alzo el puño y con un fuerte golpe
rompo el espejo con la finalidad de acabar con aquella guerra. Aún así…es inútil
ya que no puedo librarme de mí reflejo interno que siguen batallando dentro de
lo más profundo de mí ser…
Tu yo interno, tu mente te dicta unas cosas y tu corazón te dice lo contrario, aveces es difícil saber a cual escuchar y tomar una decisión correcta.
ResponderEliminarSaludos.
Dos sentimientos en un cuerpo, creando una batalla interna... y quien sufre las heridas de ese enfrentamiento entre ellas las sufro yo.
ResponderEliminarSaludos Xas, muchas gracias por los comentarios. ¡Muchos besos!
Supongo Pris que uno es aveces victima de sus propias indecisiones o contradicciones, y eso lastima.
ResponderEliminarBsos
Que razón tienes Xas, parece ser que el peor enemigo que podemos tener en la vida somos nosotros mismos.
ResponderEliminarBesos y gracias de nuevo.