“¿Estás bien que te pasa?” “Nada…necesito aire” “Dame el libro que te doy aire” “Iros de aquí que la estáis agobiando, desabrocharle la chaqueta”
Me ahogaba… Intentaba parecer que era menos de lo que tenía y con una simple sonrisa les convencí a todos de que estaba bien. Sentándome en la silla me llevé la mano a la frente e intenté mejorarme pero no fui capaz. Intenté que nadie me viese con los ojos enrojecidos y sin que nadie lo notase me llevé la mano al pecho.
Ya en la soledad de la noche pude hacer lo que tanto necesitaba…
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