Noche. Noche de amor. Noche de lágrimas. Noche de celos.
Noche de amigos. Noche donde las estrellas brillaban más para unos que para
otros. Noche que empezó en los pensamientos de ellos dos.
Lunes, tarde/noche.
Cuatro de la tarde. La chica impaciente por querer hablar
con él, por querer decirle tantas cosas que nunca se atrevió y que no dijo la
noche anterior, se conectó rápidamente al chat para ver si se había conectado.
Bajó rápidamente la lista de nombres conectados se detuvo un momento a la vez
que se llevó una desilusión, no estaba. Se quedó mirando embobada la parte en
la que se suponía que debía de estar él… sólo vio a su mejor amigo conectado al
que a ella le caía muy bien a pesar de que él por ella sentía algo más que una
amistad. Comenzó a hablarle ella a él.
En otra parte…
No se lo podía creer…¿ella? ¿Qué hacía ella hablándole a él?
En parte quería que hablar con ella pero por otra quería que lo dejase
tranquilo, que olvidase hasta como se llamaba pero el sentimiento de querer
hablar fue más poderoso y comenzó a hablarle muy contento. Poco a poco la conversación estaba resultando
aún más animada, lo que le hacía feliz y daño a la vez. La chicha empezó a
preguntarle sobre él, en si le había comentado algo o si sabía dónde se había
metido, a lo que a este empezó a sentir como si mil espinas afiladas y llenas
de dolor se le iban incrustando poco a poco hasta dejarlo completamente
dolorido. Como de costumbre, fingiendo, le dijo que no sabía nada de él. Se
conectó y él no quería permanecer más rato hablando con ella así que se
despidió animadamente con ella y se fue más dolorido que por la mañana.
En casa de la chica…
¡Se había conectado! Cuando iba a hablarle él se adelantó a
ella lo que le provocó una enorme sonrisa en su rostro, se despidió del otro
muchacho, “que pena”, pensó le apetecía seguir charlando un poco más con él. La
conversación entre él y ella, aunque sonase un poco cruel con el otro chico, le
estaba gustando más que la que había tenido recientemente con el amigo.
Bastaron muchas palabras, adjetivos, verbos, etc… para decirle al muchacho todo
lo que sentía por él, todo lo que hacía que para ella le hacía sentirse de lo
mejor, todos y cada uno de los momentos que compartieron juntos… TODO…
Por parte de él…
Nada más terminar un par de cosas que tenía que hacer se
conectó rápidamente para poder hablar con ella, buscó con los ojos iluminados
el nombre más bellos que tenía en toda su lista… ¡Estaba! Corriendo la saludó a
lo que esta le respondió. Poco a poco ella le iba diciendo cosas preciosas que
no pudo evitar que le saltasen un par de lágrimas, era lo más bonito que le
habían dicho, ni siquiera ella… otra persona que había hecho que su corazón
latiese lo más rápido posible, pero eso es agua pasada… Ahora lo único que
verdaderamente le importaba era ella… la persona que le gustaría tener para el
resto de su vida.
Hablaron un poco de todo, de cosas típicas, de cosas
divertidas, de cosas que al fin y al cabo disfrutaban hablando por mínimo que
fuese. Entre charla y charla tuvieron la idea de que querían juntar en una cena
a amigos de ambos, donde querían darles la noticia. No lo pensaron más e
invitaron a algunos amigos, donde se tendrían que reunirse con ellos en el
lugar donde a menudo frecuentaban.
Más tarde…
A medida que pasaban los minutos iban llegando, unos
llevaban esperando varios minutos, unos se retrasaron y otros simplemente se
adelantaron. Cuando ya estuvieron todos
entraron al local, era bastante amplio y agradable. Pidieron la comida, se sentaron
hasta que se la trajeran. Ambos estaban algo nerviosos al comenzar a contarles
a sus amigos que la el día anterior se habían convertido en pareja, a lo que al
terminar de relatarlo todos esbozaron una gran sonrisa por ellos.
Después de un rato la cena fue llevada a la mesa por una
chica bastante guapa, parecía que tenía que tener la misma edad de los
muchachos o un poco más, al llegar a la mesa tanto el chico como ella se sorprendieron
al verse. El silencio que se había formado fue roto por uno de los integrantes
del grupo, que al mirar la reacción de los dos, preguntó si se conocían de
algo, a lo que ellos respondieron que sí, que hace un año y medio habían sido
pareja pero cortaron por una discusión, al oír aquellas palabras la muchacha
sintió una espinita en el estómago, una espina llamada “celos”.
Mientras cenaban, la otra chica y el chicho hablaron muy
abiertamente lo que hizo que la espina de la otra se hiciera más grande, llegó
a tal punto que dejó su parte del dinero de la mesa de un golpe y se marchó. Al
verla así el chico fue corriendo tras de ella, la aferró con la mano y
empezaron a discutir. Ella con lágrimas de rabia en los ojos empezó a decirle
palabras mal sonantes a él, a lo que este comprendió que hizo mal al pasar de
ella. No pudo verla más así, así que le dio un fuerte abrazo haciendo que ésta
se debilitara y le siguiese el abrazo seguidamente después de un tierno beso.
Noche de celos que acabó en noche de amor
.
Por otra parte, alguien que había estado observándolos todo
el rato sintió una gran punzada en el pecho no quería seguir viéndolos, así que
pidió a los otros que lo despidieran de los otros dos y se marchó inventándose
una de sus escusas. Caminando solo en la
penumbra de la noche, con el recuerdo de su mejor amigo y de ella repitiéndose
una y otra vez en su cabeza. No pudo más necesitaba desconectar, se puso los
auriculares y empezó a deleitarse de una canción bella a la par que triste.
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