Y una vez que recogimos a nuestros amigos, nos subimos a aquél autobús que nos llevaría hacia donde teníamos planeado ir. Cuando nos bajamos fuimos mi Fantástica y yo a que yo abrazara a mi futuro colegio. Después, colocamos las cosas y nos pusimos a: comer, a reírnos de nuestro amigo "indigente", a explorar aquél precioso campo. Y luego las cartas a mi Fantástica, donde otra amiga muy querida le empezó a hacer preguntas, como: "¿Y con quién haré todas esas cosas que hacía contigo...?". Abrazándose mutuamente me uní yo para evitar que mi "Nuera" llorase. Sin poder evitarlo más, me fui sin que nadie se diese cuenta. Me fui a esconder mis lágrimas, a llorar con llanto desgarrador. Escuché pasos, temía que fuese ella que venía a ver dónde estaba; escondiendo mi cara entre mis piernas, notando que alguien se acercaba y me abrazaba por detrás. No era quien yo me esperaba, haciendo un esfuerzo por abrir los ojos pude ver que era un amigo muy querido por mí y sin poder evitarlo dejé que me abrazase y me diera besos para animarme. Fundidos en aquél abrazo que no duró mucho, aunque para mí fue muy aliviador, ya que tenía que irse. Volví a la fiesta con una sonrisa. Mi Fantástica y yo empezamos a andar donde con alegría dije: "¡Esto parece el paisaje de algún videoclip de Rihanna!". Y haciendo más comentarios como esos, volvimos hacia donde estaban nuestros amigos. Empezamos a fumar y a beber, yo era la que más hacía de esas dos cosas; necesitaba olvidarme de los días que nos quedaban juntas y cuando estuve lo suficientemente borracha se lo dije: "Te quiero mucho. Te amo. Y aunque te vayas para mí no te irás."
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