Juguemos. Juega conmigo al juego de las mentes hermana. Tú y yo;
las dos. Me dijiste que era complicado entenderte, que era difícil de sacar
algo de esa mente que te hace daño, que preferías estar sola, que lo olvidase
todo. Deberías de saber ya como soy; una CABEZONA, como te dije. Te empecé a
hacer preguntas, te comprendí. Comprendí esas palabras y sentimientos a la
perfección. La historia que me contabas era la mía. Éramos dos personas
completamente diferentes que estaban pasando por lo mismo. Empezábamos el
juego. Era tu mente contra la mía. Mentir era lo que querías pero a mí no me
podías engañar. Eran dos mentes, que ya habían sufrido demasiado, las que
peleaban por ganar ese juego. La mía era astuta y sabía cómo hacer que me
dijeras lo que te pasaba. Tú te intentabas defender de mí, no querías decir
nada pero al final caíste… Estabas perdiendo poco a poco el juego aunque, ya
sabía desde el principio que ibas a someterte a las preguntas de este
incomprensible cerebro. Desee fuertemente estar a tu lado en ese momento pero
era imposible, estábamos a muchos kilómetros de distancia… Aunque… creo que me
sentí feliz ese momento, había hecho algo bien; Pude entrar en tus ojos y pude
ayudarte a no estar tan sola… Te quiero onee-chan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario