martes, 26 de junio de 2012

Cama de lágrimas

Te recuerdo cada día como si estuvieras aún conmigo, o eso hacía. Te hablo. Me hablas un poco. Te digo que si estás, me dices que sí. Te digo "Hola cielo, un corazón y ¿Cómo estás?". Te llegan mis mensajes, lo sé. Y también sé perfectamente que puedes contestarme pero, aún así, no lo haces. Pasas totalmente de hablarme. ¿Acaso estás enfadada conmigo? No, no lo creo. No he hecho o dicho nada para hacerte enfadar. ¿Estás haciendo algo? No, tampoco pienso eso; me lo habrías dicho. ¿Estás cansada ya de mí o ya no me quieres? Son preguntas que me rondan la cabeza y creo que la respuesta a ambas son "Sí".

Pongo canciones aleatorias en mi móvil y todas me recuerdan a ti. Antes al querer recordar momentos contigo, mi cabeza no me lo permitía: quería recordar pero no podía. Y, ahora que no quiero recordar para no hacerme más daño, aparecen todos y cada uno de nuestros recuerdos. Te recuerdo riendo, pegándome, chillándonos, durmiendo juntas, comiendo juntas, contándonos secretos, nuestras paranoias, todo... Miro tus cartas llorando como una niña pequeña, miro las fotos que nos hacíamos, voy a tu casa y me quedo en la puerta sentada llorando; voy a cada sitio al que hemos ido y, mi mente, me juega malas pasadas e imagina que estamos ahí. Imagino que estás en la puerta de tu casa mirándome y diciéndome que había llegado tarde. Te imagino sentada en mi cama como hacías cuando venías a buscarme para ir al instituto. Imagino algunas de aquellos días en los que me decías que fuéramos al que iba a ser tu instituto nuevo e íbamos a que lo vieras. Pero... ¿por qué ya no eres así conmigo? Antes me hablabas cuando tenías internet de algún lado y me hablabas por el wathsapp; ahora, parece que ya ni existo. Y me duele. Me duele como si me clavaran unas cuchillas invisibles en el pecho. Estoy harta de ser la misma gilipollas que te dice que te ama, que te echa muchísimo de menos, que si te dice que le cuentes cosas, que le mandes fotos de todo aquello, que te pregunte cómo estés... Y que tu pases o me contestes con un simple "Bien" o que demuestres desinterés... ¿Sabes? Gracias por haber querido que durmiera tantas noches contigo. Ahora, solo estamos una cama de recuerdos de lágrimas y yo... Te amo y te amaré aunque demuestres tanta indiferencia...

viernes, 1 de junio de 2012

Demasiado


Demasiadas cosas diría yo que se me cruzan en mi incomprendida mente. Cosas que me ahogan, cosas que me hacen preguntas a las cuales no tengo respuesta, cosas que me rajan por dentro; cosas que, probablemente, no se vayan nunca. Cosas que ya ni siquiera puedo escribirlas si no, más bien, las hablo conmigo misma...

Y esa soy yo, alguien que le gusta caminar sola y sumergirse en sus pensamientos y aislarse del mundo que la rodea. Esa soy yo, una aislada que ya no mira a los semáforos y pasa sin mirar hacia los lados, una loca que no le preocupa si algo se la lleva por delante. Yo, alguien que se reprocha ser la persona que soy. Quise cambiar hace mucho tiempo, pero veo que no sirvió de nada. Soy esa extraña persona que no le teme al amor pero sí a tener pareja. Temo a tener pareja y que me haga sufrir más de lo que ya lo he hecho o miedo a no hacerle ver a esa persona que la quiero, miedo a no saber cómo amar.

 Sentir que ya he fallado mucho a mis amigos e incluso sentir que, me he fallado a mi misma. Es lo peor del mundo tener esos sentimientos que, seguramente, son verdad. Me encantaría despertarme un día y comprobar que les hago feliz, que puedo cumplir sus expectativas, que les he ayudado mucho, que les he secado las lágrimas cuando lloraban, que estuve con las personas que están muy lejos de mí... Realmente sería algo precioso. Me gustaría ser alguien que sienta que las cosas que hace sirven para algo... Me encantaría...

Sinceramente, desde mi perspectiva, no creo que sea "la mejor amiga que se puede tener" o "una buena persona" como algunos me dicen...